Confesiones de un Post Parto

Desde que te enteras que estás embarazada y lo gritas a los cuatro vientos, tanto tu como las personas cercanas (y a veces no taaaan cercanas) a ti, te empiezan a -preparar- para ser mamá compartiéndote experiencias personales, generalmente sobre lo que pasa en el embarazo, que si los ascos, las nauseas, la subida de peso, que si retienes líquidos…y luego cuando se acerca la llegada del bebé; empiezan ANTES que cualquier otra cosa a decirte que DUERMAS, que nunca volverás a DORMIR y que te prepares para vivir en modo -mombie- (¡y a veces ni eso creemos! yo pensaba, que tanto desvelo puede ser, si siempre me he desvelado jajajaja como si tuviera algo que ver. Una cosa es desvelarte por gusto y otra es desvelarte por obligación)

Los baby showers también te -preparan- para la llegada del bebé, te dan tips, te comparten experiencias y te sugieren cosas que les funcionaron…pero NUNCA nadie habla del POSTPARTO. ¿Que raro no? Puede ser que sea porque no es algo bonito que compartir, porque la mayoría lo olvide, o porque quieran enfocarse única y exclusivamente a compartirte lo positivo. Sea cual sea la razón, creo que hoy en día ya podríamos empezar a prepararnos y a compartirnos las cosas más difíciles, pues son en las que más necesitamos apoyo.

Si el embarazo es una bomba hormonal, el POSTPARTO es la EXPLOSION hormonal. Y si, totalmente confirmado por los doctores, pues tu cuerpo empieza a sacar todas las hormonas extra que estuviste cargando por 9 meses, un cambio hormonal drástico que empieza desde que tu cuerpo entiende que ya no tiene un bebe adentro y empieza a producir el calostro, la leche y a recuperarse fisicamente ya sea de una cesárea (lo que lo hace aun más difícil porque nos sentimos peor) o de un parto natural (no sabría decirte naaaaada de eso pues nunca se me hizo con ninguno de los dos).

Además de ser una EXPLOSION hormonal, es una nueva vida, no solo la del bebé que nace, también la tuya, ya sea tu primer hijo o el segundo, es un cambio a lo que conocías como tu vida, es cambiar la dinámica a la que estabas acostumbrada a vivir. Así que también tu rutina y tu día a día van a cambiar.
Cambios hormonales, cambios físicos, cambios rutinarios, cambios de vida, cambios de horarios, cambios de tiempos, cambios de todo. ¿Como no sentirnos aún MÁS agobiadas? Y súmale que no reconoces el reflejo que ves de ti en NINGÚN espejo.

Hablo desde mi experiencia con una cesárea, con que subí 28 kg en mi segundo embarazo, el día de la operación es un tema para escribir en otro artículo, pero el día después cuando ya te quitan la sonda, ya tienes la presión de las enfermeras y de los doctores de que -evacues-, que te bañes y que te pares a caminar, OMG, ahí empieza la condena PP (jajaja literal). Si tienes alguien de confianza seguramente tu mamá (a mi me ayudó una enfermera) ella te ayudara a pararte y bañarte, y ahí es cuando te ves por primera vez en el espejo, tu herida, tu panza (que cosa…) que aún sigue inflada como si tuvieras 8 meses de embarazo pero que ya no esta ahí tu bebé. Tus boobies infladas, y si tienes leche, (o exceso de leche como yo) OMG…chorreando, en todo momento y más aún en el baño. Y ahí, en esa primera parada, empieza nuestro calvario. Quisiera decirte que todo es hermoso, pero al final yo misma me quejo que nadie me lo dijo y nadie me preparo…¿porque no decírtelo tal cual a ti? Aunque cada quien viva diferente su embarazo y también su postparto, habrá como en todo quien se identifique y quien no, este es mi caso.

Afortunadamente en este segundo embarazo estaba un poquito (¡POQUITO!) más preparada que con el primero, encontré que venden ropa PP y es muy similar a la ropa de embarazo solo que el elástico es mas duro para -apretarte- mas y no tener que usar faja. (¡y no deprimirte más sabiendo que sigues usando tu misma ropa de embarazo! jajaja) Aun así, no me compre suficiente, y termine claro que si, usando por unos 3 meses posteriores ropa PP y alguna de embarazo.

Lo primero que te cae en shock es tu panza. Si, esa panza hermosa que hasta hace unos días la amabas porque cargaba a tu bebe, ahora esta vacía, marcada por la vida que creaste y muchas veces marcada de por vida. (¡Estrías!) Y si fue cesárea (todo el tiempo hablo poniendo como ejemplo cesárea porque nunca se me hizo tener parto natural) la ves dividida en dos, porque la raja que te hacen tarda en cicatrizar pero aún más tarda en acomodarse la piel a ser una sola “pieza” de nuevo, así que pasas muchos meses viéndote una “doble” panza cortada por tu cesárea. (aún ahorita que tengo 9 meses PP sigo viendo esa “división” palpable, y honestamente no recuerdo cuando se “quita” y se termina haciendo una cicatriz normal, una nueva parte de ti).

Lo segundo es el choque hormonal que tienes y la locura de entender con naturalidad la lactancia, que se agarre bien, que “te salga suficiente” y que “crezca” con tu leche…en mi caso, mi problema en los dos embarazos fue sobre producción de leche, y si, es un PROBLEMA, porque lo sobre alimentas, regurgita todo el día lo que le sobra, te tienes que sacar para evitar una mastitis varias veces al día y cuando por fin logra dormir mas de 4 horas te tienes que despertar a sacarte leche porque no aguantas más.

Y lo tercero (y no necesariamente último pero podemos seguir enumerando en otro artículo para no hacer una biblia aquí jaja) el TIEMPO. El tiempo que tarda tu cuerpo en recuperarse de la operación, del movimiento de tus órganos, de eliminar las hormonas extras, de desinflamarse, de regresar la piel a su lugar…se siente ETERNO, pasan los días y entre el cansancio acumulado de no dormir y el día a día se siente imposible de volverte a ver y sentir como tu verdadero tu, así que tal cual vampiro evité espejos de cuerpo completo a toda costa, maquíllate mientras puedas para sentirte un poco mejor, y ESPERA…hasta que te canses de ESPERAR, respira, reiniciate y agarra fuerzas para volver a ESPERAR.
Siempre que sigas un plan de alimentación basado en tus objetivos y de ejercicio, solo ten en mente que la única consecuencia lógica que existe es empezar a cambiar.

Siempre recuerda que casi todas nos sentimos así, que sentimos que no podemos, que creemos que es imposible, que a veces lo mas frustrante es que no tenemos ni tiempo para poder llorar como quisiéramos (si, la regadera jaja o en el coche también, a veces) pero piensa en que ahora tenemos más cosas para ayudarnos que antes, imagínate las mamás de antes que no tenían el bricolin donde ponerlo mientras te bañas, o el columpio donde puedes dejarlo para poder comer sin cargarlo…y así se las arreglaban, con menos accesorios pero con más naturalidad.

Confesiones de un postparto